En la última década, los científicos han mejorado nuestro conocimiento del sistema inmunitario, lo que ha llevado al desarrollo de inmunoterapias para distintas enfermedades, entre ellas el Alzheimer. Aduhelm y otros anticuerpos monoclonales se unen a las placas y las señalan para que las células inmunitarias del cerebro las eliminen.

Pero, ¿y si el sistema inmunitario estuviera capacitado para reconocer y eliminar por sí mismo las placas asociadas a la enfermedad?

Se han desarrollado muchas vacunas contra enfermedades infecciosas, y los científicos han descubierto que estos mismos principios pueden utilizarse para combatir el Alzheimer.

En la actualidad, se están probando al menos nueve vacunas en ensayos clínicos. Todas las vacunas están cerca, a pocos años, al menos, de la línea de meta; la candidata más avanzada pasará pronto a los ensayos de fase 3, la etapa final antes de solicitar la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos.

Atacar el amiloide y la tau

Las placas tóxicas de proteína beta-amiloide y los ovillos de tau se acumulan en el cerebro de los enfermos de Alzheimer. Algunas vacunas se centran en introducir las proteínas amiloide y tau en el sistema inmunitario del organismo, entrenándolo para que identifique estas proteínas patológicas y las destruya.

La vacuna UB-311 de Vaxxinity se ha mostrado prometedora en ensayos de fase 2a y está elaborando planes para un ensayo de fase 2b en 2022. Esta vacuna consiste en una proteína que imita una parte de la placa beta-amiloide. Entrena a las células inmunitarias para que posteriormente reconozcan, fijen y eliminen la placa. La vacuna se administra en tres dosis, con refuerzos periódicos. Los ensayos clínicos en curso determinarán en última instancia si el UB-311 es capaz de reducir la gravedad -o incluso prevenir el desarrollo- del Alzheimer.

Cebar el sistema inmunitario

Otros enfoques de las vacunas contra el Alzheimer se centran en estimular el sistema inmunitario para que tenga más probabilidades de responder por sí mismo a las placas amiloides y los ovillos de tau.

Investigadores del Hospital Brigham and Women’s han probado recientemente el potencial de una vacuna que utiliza esta estrategia. Protollin es una vacuna intranasal que estimula las células del sistema inmunitario. Es un adyuvante, lo que significa que potencia la respuesta inmunitaria y es un componente común de muchas otras vacunas estándar. Tras unos resultados prometedores en un modelo de Alzheimer con ratones, la vacuna avanza hacia los ensayos clínicos de fase 1, en los que los investigadores evaluarán su seguridad en humanos.

A pesar de todos estos avances, todavía pueden pasar entre cinco y diez años hasta que un candidato a vacuna complete los ensayos clínicos. Estos ensayos clínicos -y los participantes voluntarios que los hacen posibles- pueden conducir al desarrollo de una nueva clase de terapias contra el Alzheimer.

Para informarse sobre los ensayos clínicos de nuevos medicamentos destinados a modificar la patología de la enfermedad de Alzheimer, llame a Charter Research al 407-337-1000 (Orlando) o al 352-775-1000 (The Villages).