Si te raspas la rodilla o te rompes un hueso, nuevas células reparan el daño antes de que te des cuenta. Otros órganos del cuerpo se regeneran incluso mejor: Las células que recubren el intestino se regeneran cada tres o cuatro días. En cambio, el cerebro tiene una capacidad limitada para regenerarse y repararse.

Incluso cuando las células cerebrales empiezan a morir en la enfermedad de Alzheimer u otros tipos de demencia, no hay suficientes células nuevas que se dividan y sobrevivan para reparar el cerebro.

Hasta mediados del siglo XX, los científicos creían que a lo largo de la vida no se formaban nuevas células cerebrales. Pero en las décadas de 1960 y 1970, los científicos descubrieron la división de las células del cerebro mediante un proceso denominado neurogénesis. La tasa de formación de nuevas células neuronales disminuye con la edad. Las células recién nacidas surgen cerca del hipocampo, una región del cerebro importante para la memoria y que se ve afectada en las primeras fases de la enfermedad de Alzheimer.

Si las células cerebrales van muriendo a lo largo de la enfermedad de Alzheimer, ¿podría resolver el problema estimular la producción de células nuevas?

Un estudio de 2019 descubrió que entre las personas con alzhéimer, aquellas con más neurogénesis -más células cerebrales nuevas en formación- tenían menos deterioro cognitivo. Estos descubrimientos fueron acompañados de un descubrimiento apasionante: Aumentar la capacidad del cerebro para regenerar células cerebrales podría evitar el deterioro cognitivo y la demencia.

Al año siguiente, otro estudio descubrió que estimular la producción y supervivencia de nuevas neuronas en modelos de ratón de Alzheimer mejoraba la cognición. Los investigadores descubrieron que el factor neurotrófico derivado del cerebro -una molécula de señalización que ayuda a las neuronas a crecer- incluso imitaba los efectos del ejercicio sobre la cognición.

Una de las investigadoras implicadas en este trabajo, la doctora María Llorens-Martín, de la Universidad Autónoma de Madrid, cree que la neurogénesis podría ser la clave para averiguar qué causa el Alzheimer y cómo diagnosticarlo precozmente.

«¿Qué está fallando en el entorno que hace que estas neuronas mueran prematuramente o que les resulte muy difícil conectarse adecuadamente?», dijo en una entrevista con The Scientist.

Aunque este trabajo plantea más preguntas que respuestas, aprovechar la propia capacidad regenerativa del cerebro podría evitar o incluso detener la progresión del Alzheimer.

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