Los científicos aún no saben por qué algunas personas desarrollan la enfermedad de Alzheimer y otras no. Pero aunque no comprendamos del todo las causas del Alzheimer, los investigadores están ganando terreno para poder ayudar a reducir el riesgo de demencia y tratar o posponer los primeros síntomas. Los expertos sugieren que el diagnóstico y el tratamiento precoces pueden ayudar a mitigar el impacto de la enfermedad.

Sin embargo, el diagnóstico del Alzheimer conlleva barreras económicas. El escáner cerebral por tomografía de emisión de positrones, más conocido como PET, puede detectar la placa amiloide -una de las características distintivas de la enfermedad de Alzheimer- en el cerebro, y hasta ahora es la única forma definitiva de diagnosticar la enfermedad y poner en marcha las opciones de tratamiento. Los científicos están buscando otras formas más sencillas de buscar con precisión biomarcadores del Alzheimer y, como parte de ese esfuerzo, Charter Research participa en el estudio Bio-Hermes, financiado por la Fundación de la Plataforma Global del Alzheimer (GAP).

En este ensayo, los clínicos están utilizando tecnología punta para caracterizar diferentes biomarcadores sanguíneos y cognitivos del Alzheimer, explorando si estas nuevas opciones pueden proporcionar el mismo valor predictivo que una PET. Y lo que es más importante, los biomarcadores sanguíneos y cognitivos son menos invasivos y más rentables que la PET.

«El objetivo general del estudio de Bio-Hermes es contribuir al avance de la investigación hasta conseguir que la comunidad de enfermos de Alzheimer disponga de pruebas más rápidas y rentables», declaró John Dwyer, Presidente del GAP.

El estudio es único, ya que seguirá reclutando participantes hasta que se alcance un umbral del 20% de poblaciones minoritarias. Históricamente, la población negra e hispana está infrarrepresentada en los ensayos clínicos, a pesar de tener un mayor riesgo de desarrollar Alzheimer. Los expertos afirman que asegurarse de que los grupos de participantes en los ensayos clínicos reflejen con exactitud la población que necesita tratamiento será un gran paso para desvelar los misterios de la enfermedad.

El ensayo Bio-Hermes sólo requiere tres visitas al centro de investigación. Estas visitas permiten a los participantes conocer al personal y a los médicos del centro Charter. El primer día que llegan al centro, se les realizan pruebas cognitivas de última generación. «Todas las pruebas se realizan con teléfonos o iPads, lo que simplifica su administración», explica Kate Scheurich, evaluadora psicométrica de Charter Research.

La prueba CogniVue es una plataforma aprobada por la FDA para medir la función cognitiva. «En el iPad, el participante mueve los dedos alrededor de un círculo para completar distintas tareas. Una de las pruebas, por ejemplo, mide la capacidad visual, exigiendo al participante que siga los puntos que se mueven alrededor del círculo», añadió.

A continuación, se realizan más pruebas para iPad y teléfonos móviles a través de la plataforma Linus Health. explicó Scheurich: «Linus es una plataforma avanzada que mide el movimiento de los ojos, el tiempo de reacción y el recuerdo de palabras». Se incluyen otras pruebas para medir otros biomarcadores cognitivos y psicológicos.

En la siguiente visita, algunos participantes pueden someterse al Retispec de última generación, una máquina que explora la retina. «Mide varios biomarcadores retinianos, como la estructura de los pequeños vasos sanguíneos y la presencia de placas», explica Scheurich. Después, los participantes proporcionan una muestra de sangre que se utiliza para medir biomarcadores como beta-amiloide y tau. El juicio aún no ha terminado. Según Scheurich, «el escáner cerebral PET, en la última visita, es la parte más atractiva de nuestro estudio para los participantes».

Según Scheurich, uno de los retos de los ensayos de fármacos contra el Alzheimer es seleccionar con precisión a los participantes que padecen la enfermedad. «Muchos tipos de enfermedades presentan síntomas similares a los del Alzheimer, como la demencia frontotemporal y la demencia con cuerpos de Lewy», explica. «Con todos estos tipos diferentes de biomarcadores, obtenemos una visión cercana del riesgo de un individuo. También informa de los tratamientos que pueden recibir y nos permite recomendar futuros ensayos.»

Según el equipo de la Carta, los participantes se sienten cada vez más cómodos con el centro y su personal a lo largo de las tres visitas. «Todos los que se someten al ensayo también reciben información detallada sobre sus riesgos de uno de nuestros médicos jefe», explicó Scheurich.