El Alzheimer es una epidemia mundial, pero tras décadas de investigación, los científicos aún no saben qué lo causa. Ahora, la ciencia ha recurrido al funcionamiento interno del sistema inmunitario del cerebro en busca de pistas.

Nuestro sistema inmunitario es un complejo ecosistema lleno de todo tipo de células y proteínas diferentes. Cada uno tiene un trabajo especial. Las células de la microglía, por ejemplo, son como un equipo de limpieza. Inspeccionan el cerebro en busca de cosas que no pertenecen -patógenos, residuos tóxicos y sustancias extrañas- y ponen orden. Sin embargo, la microglía no puede hacerlo todo por sí sola. Deben detectar con precisión lo que hay que limpiar. Y una parte de esos sensores críticos está fabricada por un gen especial llamado TREM2.

TREM2 es un gen cerebral que produce una proteína que las células inmunitarias del cerebro utilizan para detectar sustancias nocivas y eliminarlas.

TREM2 también tiene una interesante relación con el Alzheimer, la forma más común de demencia. Una rara variación, o mutación, en el código del ADN del gen TREM2 impide que éste realice correctamente su función, lo que provoca que las células microglía que lo rodean se vuelvan hiperactivas; en otras palabras, este pequeño rincón del sistema inmunitario del cerebro se pone a toda marcha.

En 2015, investigadores del University College de Londres descubrieron que las personas portadoras de esta mutación tienen la asombrosa cifra de tres veces más probabilidades de desarrollar la enfermedad de Alzheimer que las que no presentan esta variación. Aunque pueda parecer que una respuesta mayor es mejor, las células inmunitarias hiperactivas también podrían eliminar cosas que el cerebro necesita (como los contactos entre neuronas), y también provocar inflamación, que es un gran problema en el Alzheimer. Cuando TREM2 no funciona correctamente, también dificulta que el sistema inmunitario limpie específicamente la basura, como las placas beta-amiloides invasivas, que tienden a acumularse en el cerebro de las personas con Alzheimer.

Dado que sólo el 0,3 por ciento de la población presenta esta mutación genética, no puede utilizarse como marcador de la enfermedad. Sin embargo, ofrece a los investigadores una visión clave de las formas en que la microglía podría ayudar o perjudicar al cerebro envejecido, lo que conducirá a nuevos tratamientos y terapias contra el Alzheimer.

En un ensayo clínico de colaboración entre las empresas Alector y Abbvie denominado INVOKE-2, los investigadores se centran en la funcionalidad obstaculizada de TREM2, y en cómo el cambio de su actividad en el cerebro puede alterar el curso de la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia. El núcleo de esta investigación es una inmunoterapia, un tipo de terapia que estimula las respuestas inmunitarias para combatir la infección o la inflamación.

El anticuerpo de la inmunoterapia que se está estudiando y desarrollando en este ensayo clínico, conocido como AL002, actúa aumentando la actividad de señalización de TREM2 en el cerebro para impulsar una respuesta inmunitaria más adecuada, lo que a su vez disminuiría la inflamación y la acumulación de placa beta-amiloide.

En las primeras fases del ensayo, los científicos observaron que el AL002 parecía ayudar a TREM2 a funcionar mejor, dando un impulso al sistema inmunitario del cerebro. En la fase 2, una parte de los 265 participantes que padecen la enfermedad de Alzheimer recibirán un placebo, mientras que otros recibirán dosis de AL002 en infusiones mensuales mientras los investigadores exploran si AL002 ayuda a mejorar su función cognitiva o a tratar su Alzheimer.