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Cómo afectan las bacterias intestinales al envejecimiento y la cognición
El cuerpo humano alberga billones de organismos microscópicos, denominados colectivamente microbioma, que determinan nuestra salud a lo largo de toda la vida. Este apasionante campo de investigación ofrece un nuevo enfoque para comprender y tratar el deterioro cognitivo y la demencia. A diferencia del código genético almacenado en cada una de nuestras células, la comunidad del microbioma puede modificarse fácilmente mediante la dieta y otros factores del estilo de vida, como el ejercicio. Pero a medida que cambiamos los microbios de nuestro intestino, ¿cómo afectan estos cambios al cerebro que envejece?
A lo largo de milenios, los microorganismos han coevolucionado con los humanos hasta formar una relación de trabajo beneficiosa: Nuestro cuerpo proporciona alojamiento y comida para que los microbios digieran los alimentos que nuestro organismo no puede. Tras digerir estos alimentos, los subproductos de este proceso -moléculas biológicas- pueden intercambiar señales con distintas células del cuerpo humano.
Durante el nacimiento, el bebé está expuesto a su primer conjunto de microbios, que llegan al tracto gastrointestinal y desempeñan funciones formativas en el desarrollo inmunitario, intestinal y del sistema nervioso. A medida que el bebé se desarrolla y crece, la comunidad de microorganismos del intestino se estabiliza en un ecosistema sano. Pero a medida que el cuerpo envejece, este ecosistema empieza a desestabilizarse. Alrededor de esta época, muchos adultos mayores pueden experimentar deterioro cognitivo o diversas formas de demencia. Los investigadores aún desconocen la relación entre la salud de nuestro cerebro y nuestro microbioma intestinal. Actualmente se están realizando estudios en busca de respuestas a por qué la composición de esta comunidad microbiana es diferente en la demencia, y si los cambios en el microbioma causan realmente cambios en la función cognitiva.
Un tratamiento del Alzheimer basado en microbiomas
La farmacéutica Shanghai Green Valley ha desarrollado la primera terapia basada en microbiomas para la enfermedad de Alzheimer, con resultados prometedores en Alzheimer de leve a moderado en China. En 2020, recibió la aprobación de la FDA para su ensayo en Estados Unidos. El fármaco, oligomanato sódico, es un extracto elaborado a partir de algas marinas y kelp, alimento de las bacterias intestinales.
Según estudios realizados en seres humanos, las bacterias intestinales digieren este alimento, iniciando un efecto dominó dentro del ecosistema, que incluye alteraciones en el microbioma, las células inmunitarias periféricas y la neuroinflamación. Es como introducir más flores autóctonas para los polinizadores en un bosque; este pequeño cambio puede hacer que el ecosistema sea un poco más sano.
En el ensayo de fase 3 de oligomanato sódico realizado en China, el fármaco produjo mejoras cognitivas a lo largo de 36 semanas. También fue bien tolerado y no causó efectos secundarios significativos.
Independientemente de que otros ensayos demuestren o no la eficacia de este fármaco, proporciona un modelo para desarrollar nuevas terapias basadas en el microbioma intestinal para el deterioro cognitivo leve a moderado y la demencia. (Este ensayo se está realizando actualmente en Charter Research, en Lady Lake, Florida).
Aunque el uso del oligomanato sódico aún no ha sido aprobado por la FDA, existen otras formas de promover un intestino sano y, posiblemente a su vez, un cerebro más sano.
Alimentar el microbioma intestinal
Aunque el mercado multimillonario de los probióticos nos haga creer lo contrario, no existe ninguna píldora secreta ni ningún superalimento que potencie los microbios del intestino. En cambio, se ha descubierto que las opciones alimentarias más saludables, como la dieta mediterránea, mejoran tanto la salud del microbioma intestinal como la cognición en las poblaciones de edad avanzada. Varios estudios descubrieron que seguir una dieta mediterránea saludable -rica en frutas, verduras, legumbres, frutos secos, semillas y pescado- reducía el riesgo de desarrollar deterioro cognitivo leve o demencia.
Es posible que también se pregunte por las filas y filas de productos con microbios beneficiosos, denominados probióticos, en las estanterías de su supermercado o farmacia. Muchos productos en EE.UU. no están adecuadamente etiquetados y pueden no ajustarse a la definición de probiótico, por lo que no está claro si las bacterias sobreviven al ácido estomacal y llegan al intestino. En la UE, el etiquetado de los probióticos es mucho más estricto, ya que exige pruebas de que una determinada cantidad de bacterias ingeridas confiere un efecto beneficioso.
En lugar de probióticos, los expertos recomiendan adoptar una dieta mediterránea. Otras formas de mantener un microbioma sano son reducir los niveles de estrés y hacer ejercicio con regularidad. Aunque todavía no existe ninguna terapia aprobada para el microbioma intestinal, las investigaciones demuestran que todas estas opciones de estilo de vida favorables al microbioma le ayudarán a usted y a sus microbios a envejecer de forma saludable. Mientras tanto, los científicos del microbioma trabajan intensamente en el desarrollo de nuevos tratamientos potenciales para el Alzheimer y la demencia.
Si desea más información sobre cómo participar en el ensayo clínico de oligomanato sódico de Green Valley, llame ahora a Charter Research al 352-775-1000.